Todo sobre el Perro Pekinés: Características, Historia y Cuidados
El perro Pekinés es una de las razas más antiguas y con más historia del mundo. Su origen se remonta a las cortes imperiales de China, donde era considerado un símbolo de estatus y divinidad. Este pequeño pero majestuoso perro ha mantenido su estampa regia hasta nuestros días, conquistando hogares en todo el mundo con su carácter independiente, pero profundamente leal. Aunque a simple vista puede parecer un perro delicado, el Pekinés es fuerte, valiente y a menudo muestra una gran seguridad en sí mismo. En este artículo, exploraremos su fascinante historia, sus características físicas, así como los cuidados específicos que requiere esta raza tan especial.
Historia y Origen del Perro Pekinés

El perro Pekinés tiene una historia fascinante que se remonta a miles de años atrás, cuando era considerado un tesoro sagrado en las cortes de la antigua China. Esta pequeña raza, caracterizada por su majestuosidad y su fuerte carácter, fue durante siglos exclusiva de la realeza china, a tal punto que era venerada como un símbolo de poder y protección. Con el tiempo, el Pekinés salió de las murallas imperiales y llegó a Occidente, donde se consolidó como una de las razas más queridas y apreciadas.
Origen en la China Imperial
El origen del Pekinés se encuentra profundamente ligado a la historia de la antigua China. Se cree que esta raza surgió hace más de 2.000 años y era considerada un perro de la nobleza. Su estatus era tal que solo los miembros de la familia imperial podían poseer uno, y se decía que estos perros eran la encarnación de los leones guardianes chinos, lo que reforzaba su aura de divinidad y protección.

Los Pekineses solían vivir en los palacios y acompañaban a los emperadores en sus rituales y ceremonias. También había una creencia popular de que estos perros podían ahuyentar a los espíritus malignos debido a su origen mitológico. Durante la Dinastía Tang y la Dinastía Ming, su importancia como símbolo de poder se consolidó aún más.
En la corte, los Pekineses eran tratados como miembros de la familia real, y se les asignaban sirvientes y cuidadosos rituales de cuidado y alimentación. Este alto estatus social marcó a la raza como una de las más privilegiadas de la historia canina.
La llegada del Pekinés a Occidente
El Pekinés permaneció en secreto durante siglos hasta el año 1860, cuando el ejército británico invadió el Palacio de Verano en Pekín durante la Segunda Guerra del Opio. En el saqueo, los soldados descubrieron a varios perros Pekineses que habían sido abandonados por la familia imperial en su huida. Los soldados llevaron algunos de estos perros de regreso a Inglaterra como trofeos de guerra.
Uno de estos Pekineses fue regalado a la Reina Victoria, quien quedó encantada con el pequeño perro y lo introdujo en la alta sociedad británica. Desde entonces, el Pekinés ganó popularidad entre la nobleza europea, y pronto la raza comenzó a ser criada fuera de China. Su exotismo y su historia lo convirtieron en un perro muy deseado en Europa y América, donde pasó de ser un símbolo exclusivo de la realeza china a una raza conocida y apreciada por amantes de los perros de todo el mundo.
Características Físicas del Perro Pekinés
El perro Pekinés es pequeño en tamaño pero grande en presencia. Su aspecto físico es uno de los más distintivos dentro del mundo canino, y ha sido moldeado por siglos de selección para que su figura refleje nobleza y elegancia. A pesar de su reducido tamaño, tiene una estructura compacta y sólida que le permite moverse con agilidad y seguridad.

Tamaño y estructura corporal
El Pekinés es un perro de tamaño pequeño, con un peso que oscila entre los 3 y 6 kilogramos. A pesar de ser compacto, su cuerpo es sorprendentemente robusto. Tienen un torso largo en comparación con sus patas cortas, lo que les da una apariencia casi rechoncha, pero sin perder elegancia. Su cabeza es proporcionalmente grande en relación con su cuerpo, y es quizás uno de los aspectos más llamativos de su fisonomía.
Una de las características distintivas del Pekinés es su cara plana o braquicéfala. Su hocico es extremadamente corto, lo que le da una expresión facial única. Tienen ojos grandes y oscuros, que suelen transmitir una mirada profunda y algo solemne. Además, sus orejas caen a los lados de la cabeza, enmarcando su rostro de manera simétrica. En conjunto, el Pekinés tiene una estructura que le confiere una estampa de autoridad y dignidad, a pesar de su pequeño tamaño.
El distintivo pelaje del Pekinés
El pelaje del Pekinés es una de sus características más notables. Se trata de una capa larga, densa y doble que cubre todo su cuerpo. La capa externa es áspera y protectora, mientras que la capa interna es suave y lanosa, lo que le proporciona una apariencia esponjosa y regia. Este manto le permite soportar temperaturas frías y lo hace destacar visualmente por donde pasa.

El color del pelaje puede variar, siendo comunes los tonos dorados, blancos, negros y marrones. Además, es común ver combinaciones de colores o patrones bicolores. El largo de su pelaje alrededor del cuello y los hombros forma una especie de melena que recuerda a la de un león, lo que refuerza su relación histórica con los leones guardianes chinos. Este aspecto fiero y majestuoso es lo que lo convierte en una raza tan especial.
Cuidar el pelaje del Pekinés requiere atención regular, ya que, debido a su longitud, puede enredarse fácilmente. Es recomendable cepillarlo al menos varias veces a la semana para evitar la formación de nudos y mantenerlo en óptimas condiciones.
Personalidad y Comportamiento del Perro Pekinés
El Pekinés es un perro que, a pesar de su pequeño tamaño, tiene una personalidad fuerte y única. Su carácter lo hace destacar entre otras razas pequeñas, ya que combina una naturaleza independiente con una lealtad inquebrantable hacia sus dueños. No es un perro que busque agradar a todos constantemente, pero cuando crea un vínculo con su familia, es afectuoso y protector. Es importante comprender su temperamento particular para poder ofrecerle el entorno adecuado.

Independencia y lealtad en el Pekinés
Una de las características más destacadas del Pekinés es su naturaleza independiente. Aunque es cariñoso con su familia, no es el tipo de perro que necesite atención constante o que disfrute ser el centro de todas las miradas. El Pekinés, al igual que otros perros de noble linaje, prefiere observar el mundo con una cierta distancia. No es raro que se retire a su lugar favorito de la casa cuando busca tranquilidad. Esta independencia puede interpretarse erróneamente como desinterés, pero en realidad es parte de su comportamiento reservado y digno.

Sin embargo, esa independencia no significa que el Pekinés no sea leal. De hecho, son extremadamente fieles a sus dueños y pueden mostrar una fuerte devoción hacia los miembros de su familia, hasta el punto de ser protectores. Su lealtad se manifiesta en su instinto de alerta ante cualquier situación extraña o personas desconocidas, lo que lo convierte en un buen perro guardián, a pesar de su tamaño pequeño.
Relación con niños y otros animales
El Pekinés puede convivir con niños y otros animales, pero es importante tener en cuenta que su temperamento reservado no lo hace tan tolerante como otras razas más dóciles. Si bien puede adaptarse a hogares con niños, es fundamental enseñarles a respetar su espacio. El Pekinés no suele disfrutar de juegos bruscos o ser manipulado constantemente, por lo que es mejor para familias con niños mayores que sepan interactuar con él de manera calmada y respetuosa.
Con otros animales, la convivencia dependerá en gran medida de su socialización desde una edad temprana. Si se acostumbra a la presencia de otros perros u otros tipos de mascotas desde cachorro, el Pekinés puede aprender a convivir sin problemas. Sin embargo, debido a su carácter algo territorial y protector, puede mostrarse algo distante o incluso dominante en algunas situaciones. En general, su relación con otros animales es cordial, siempre que se respeten sus límites.
Cuidados y Mantenimiento del Perro Pekinés
Cuidar de un Pekinés requiere prestar especial atención a ciertos aspectos de su rutina diaria. Aunque es un perro de pequeño tamaño, sus necesidades de cuidado son significativas, sobre todo en lo que respecta a su pelaje y su bienestar físico. Asegurarse de que su entorno sea adecuado para su carácter y necesidades específicas es clave para mantenerlo saludable y feliz.

Cuidados del pelaje y cepillado diario
El pelaje del Pekinés es uno de sus rasgos más distintivos, y requiere un cuidado regular para mantenerlo en óptimas condiciones. Su pelaje largo y denso, que incluye una capa interna suave y una capa externa más áspera, tiende a enredarse con facilidad si no se le presta atención. Para evitar los nudos y mantener su aspecto elegante, es fundamental realizar un cepillado diario.
El cepillado no solo ayuda a desenredar el pelo, sino que también es una excelente forma de mantener la piel de tu Pekinés saludable. Durante el cepillado, es recomendable utilizar un peine de cerdas suaves para la capa exterior y un cepillo más fino para la capa interna. Además de prevenir los nudos, esto reduce la cantidad de pelo suelto en casa, ya que los Pekineses tienden a mudar bastante pelo, especialmente en ciertas épocas del año. Para facilitar este cuidado, también es aconsejable llevarlo a un peluquero canino profesional de forma regular.
Ejercicio y necesidades físicas

Aunque el Pekinés es un perro pequeño y no requiere grandes cantidades de ejercicio, es importante asegurarse de que tenga la actividad física adecuada para mantenerse saludable. Dado su tamaño y temperamento, una caminata diaria de entre 20 y 30 minutos es suficiente para mantener sus niveles de energía equilibrados. Es importante recordar que los Pekineses son propensos a problemas respiratorios debido a su hocico corto (braquicefalia), por lo que se debe evitar el ejercicio intenso o en climas extremadamente cálidos.
Además del paseo diario, el Pekinés disfrutará de sesiones de juego en casa, pero no es un perro que necesite correr grandes distancias ni realizar actividades de alta intensidad. Algunos ejemplos de actividades recomendadas incluyen:
- Paseos cortos y tranquilos en áreas seguras.
- Juegos de bajo impacto como buscar juguetes.
- Espacios cómodos para descansar, ya que el Pekinés también disfruta de largos periodos de inactividad.
Aunque su nivel de energía es moderado, un Pekinés bien ejercitado será un perro más equilibrado y menos propenso a desarrollar problemas de comportamiento asociados al aburrimiento o la falta de actividad.
Salud y Expectativa de Vida del Perro Pekinés

El Pekinés es un perro que, a pesar de su robusta apariencia, tiene ciertas predisposiciones genéticas que requieren una atención especial en lo que respecta a su salud. Con un promedio de vida de entre 12 y 14 años, los Pekineses pueden disfrutar de una vida larga y saludable si se les brindan los cuidados adecuados. Sin embargo, es crucial que sus propietarios estén atentos a las posibles complicaciones de salud que son comunes en esta raza.
Problemas de salud comunes en la raza
Debido a su estructura corporal y facial, el Pekinés puede sufrir varios problemas de salud a lo largo de su vida. Uno de los más frecuentes es la braquicefalia, que afecta a su sistema respiratorio. Este trastorno, causado por el hocico corto, puede dificultar la respiración, especialmente en climas cálidos o durante el ejercicio intenso. También es común que los Pekineses sufran de síndrome de vías respiratorias obstructivas (BOAS), que agrava estas dificultades.

Además de los problemas respiratorios, los problemas oculares son otra preocupación habitual en la raza. Sus grandes ojos prominentes los hacen vulnerables a úlceras corneales y otras lesiones oculares. Las afecciones articulares, como la luxación de rótula, también pueden aparecer en esta raza, provocando molestias y dificultades para caminar en casos graves.
Para prevenir y gestionar estos problemas de salud, es fundamental realizar chequeos veterinarios regulares y tomar precauciones, como evitar el sobrecalentamiento y los ejercicios excesivos.
Cómo mantener a tu Pekinés sano y en forma
Para mantener a tu Pekinés en buenas condiciones de salud, hay ciertos cuidados que son esenciales. En primer lugar, una alimentación equilibrada es clave para evitar el sobrepeso, ya que esta raza tiende a ganar peso fácilmente, lo que puede exacerbar problemas articulares y respiratorios. Asegúrate de proporcionarle comida de alta calidad en porciones adecuadas para su tamaño y nivel de actividad.

En cuanto a la actividad física, aunque el Pekinés no necesita tanto ejercicio como otras razas, es importante que realice paseos diarios y sesiones de juego suaves. Esto le ayudará a mantener un buen estado físico sin poner en riesgo su salud respiratoria. Además, cuidar de su higiene, especialmente de sus ojos y pliegues faciales, es crucial para evitar infecciones.
Por último, recuerda que un entorno tranquilo y cómodo también contribuye al bienestar general de tu perro. Evita el estrés y los ambientes demasiado calurosos, y asegúrate de que siempre tenga acceso a agua fresca y un lugar donde descansar.
Educación y Entrenamiento del Perro Pekinés
El Pekinés es un perro inteligente, pero su carácter independiente puede hacer que el entrenamiento sea un desafío. Sin embargo, con paciencia y las técnicas adecuadas, esta raza puede aprender a comportarse bien y a seguir instrucciones básicas. A diferencia de otras razas más obedientes, el Pekinés suele necesitar un enfoque más suave pero consistente en su adiestramiento.

Consejos para entrenar a un Pekinés
Dado que el Pekinés tiende a ser un poco testarudo, es importante utilizar técnicas de entrenamiento basadas en la reforzamiento positivo. Recompensar su buen comportamiento con premios y elogios es mucho más efectivo que usar castigos o regaños. Además, es recomendable que las sesiones de entrenamiento sean cortas, ya que el Pekinés puede perder interés rápidamente si se siente sobreestimulado.
Otra clave para entrenar a un Pekinés es la consistencia. A pesar de su carácter independiente, estos perros responden bien a una rutina clara y coherente. Establecer reglas desde el principio y mantenerlas ayudará a que tu Pekinés entienda lo que se espera de él. Recuerda que no es un perro que responda bien a la presión, por lo que el ambiente debe ser relajado y motivador.
Algunos comandos básicos, como “sentado”, “quieto” o “ven”, pueden aprenderse fácilmente si se practican de manera regular. También es recomendable entrenar a tu Pekinés para caminar correctamente con correa, ya que su tendencia a tirar o detenerse puede complicar los paseos.
La importancia de la socialización temprana
La socialización temprana es crucial para un Pekinés bien equilibrado. Debido a su naturaleza reservada y, a veces, desconfiada de los extraños, es fundamental que desde cachorro se acostumbre a diferentes personas, ambientes y otros animales. Esto ayudará a reducir la posibilidad de que desarrolle comportamientos territoriales o agresivos en situaciones nuevas.
Exponer al Pekinés a una variedad de estímulos, como parques, visitas de amigos y contacto con otros perros, le permitirá sentirse más cómodo en su entorno. Además, la socialización adecuada puede prevenir problemas de ansiedad y hacer que tu perro sea más adaptable a cambios en su rutina o entorno. Cuanto antes comiences con este proceso, mejor serán los resultados a largo plazo.
El Perro Pekinés como Mascota

El Pekinés es una excelente opción como mascota para personas que buscan un perro leal, con carácter y de bajo mantenimiento en cuanto a ejercicio. Sin embargo, su carácter particular lo hace más adecuado para ciertos estilos de vida. Antes de decidir adoptar un Pekinés, es importante considerar tanto las ventajas como los desafíos que implica tener esta raza en el hogar.
Compatibilidad con diferentes estilos de vida
El Pekinés se adapta bien a vivir en espacios pequeños, como apartamentos o casas sin jardín, ya que no requiere mucho espacio para correr. Es ideal para personas que disfrutan de la tranquilidad y prefieren un perro que no sea demasiado activo. Sin embargo, su independencia también significa que no es el típico perro que estará siempre buscando compañía o juego.

Este perro es perfecto para personas solteras o parejas que buscan un compañero leal y protector, aunque también puede integrarse en familias, siempre y cuando los niños sean respetuosos con su espacio. El Pekinés no suele ser tolerante con juegos bruscos, por lo que no es la mejor opción para familias con niños pequeños muy activos.
Ventajas y desafíos de tener un Pekinés
Entre las ventajas de tener un Pekinés se encuentran su tamaño compacto y su naturaleza independiente, lo que lo convierte en una mascota de bajo mantenimiento en comparación con razas más enérgicas. También es un excelente perro de compañía, ideal para personas que disfrutan de una vida tranquila. Además, su pelaje exuberante y su expresión noble lo hacen una raza de aspecto llamativo.

No obstante, también hay ciertos desafíos. Los problemas de salud son una preocupación importante en esta raza, especialmente los relacionados con la respiración y los ojos. Además, el Pekinés puede ser un poco testarudo, lo que puede dificultar el entrenamiento si no se le aborda con paciencia y constancia. También es un perro que requiere un cuidado regular de su pelaje, lo que implica dedicar tiempo diario a su cepillado.
El Pekinés es una raza cargada de historia, elegancia y carácter. Aunque pequeño en tamaño, su presencia es innegable, y su lealtad hacia sus dueños lo convierte en un excelente compañero. Sin embargo, como cualquier raza, requiere cuidados específicos, especialmente en lo referente a su pelaje y salud. Con el entrenamiento adecuado y la atención necesaria, el Pekinés puede ser la mascota ideal para aquellos que busquen un perro con personalidad y una rica herencia cultural.